Mi experiencia después de experimentar esto de cerca me ha llevado a estudiar la psicología de las sectas y grupos organizados por lo que el lavado de cerebro me ha maravillado. La manera en como una persona se convierte en un autómata a las ordenes de otro es extraordinario. La forma en como es posible manipular la mente humana fascinante. Desde la Guerra fría hasta lo que hoy viven los Nor Coreanos es difícil de creer desde fuera para una persona normal que vive su vida según sus inquietudes. Solo los que han salido de una de estas experiencias pueden reflejar el grado de engaño al que son sometidos.
El Profesor Steven Hassan, Maestro en Psicología de la Universidad de Cambridge, fue miembro de la secta de los moonies por mucho tiempo y lo que leo de el me esta ayudando enormemente pues es muy similar lo que vivió en esta secta a lo que se vive siendo Testigo de Jehová. Actualmente tiene 20 años de experiencia como asesor internacional y consejero sobre el tema de las Sectas destructivas.
Hassan define como secta a cualquier grupo (religioso o no) que utilice técnicas de control psicológico para suprimir la personalidad e inhibir el juicio crítico y la libertad de decisión. Establece cuatro criterios para detectar la manipulación mental. Intentemos ver si la Watchtower y lo que infunde a sus miembros encaja en esto.
1.Control de la conducta. Cualquiera que tiene una conducta que es medianamente rebelde no progresara en la jerarquía de la organización y sera señalado, alertando a los demás adeptos a que no se asocien con el, aunque todavía no este expulsado. Y esto sin un motivo sustancial, solamente es necesario el no “pasar por el aro” sin haber pecado todavía contra ningún mandamiento bíblico.
2.Control de la información. La que la gente tiene derecho a saber antes de ingresar a un grupo. Profecías falsas, doctrinas extrañas, extravagantes, anticuadas, machistas, racistas y otras que eran parte de las enseñanzas de esta secta no se mencionan ahora. Pensar que las actuales sean desechadas mas adelante es lógico si sabes que antes tuvieron otras. Estas antiguas doctrinas venían bien en otros tiempos para mantener al grupo. Los tiempos cambian y cambian las doctrinas de la secta. Pero se supone que Dios no cambia de opinión ni parecer. Esta información es ocultada, y cualquier información de fuera prohibida. Solo se estudia sus propias publicaciones prohibiendo cualquier libro o fuente de índole religiosa exterior, con pena de expulsión.
3.Control de las ideas. El pensamiento independiente y aislarse del grupo es mal visto. Cualquiera que no asiste a las reuniones de manera regular, osea a todas y cada una de ellas. No predica con diferentes miembros de la secta y el eludir las reuniones sociales con el grupo se ve mal y resulta en advertencias de parte de la jerarquía alta de la congregación en forma de visitas de pastoreo en el hogar del advertido. Ni que mencionar una idea que contradiga a la suprema de la secta.
4.Control de las emociones. La secta tratara y es su principal objetivo, de que el adepto este en la secta gusto y porque quiere. Es sabido que el que esta a disgusto acaba yendose, por tanto se infunde que la organización es de Dios, y esto es lo que Dios pide de nosotros. Es entonces cuando comienza el remodelado de nuestra conciencia, estar a gusto con nuestra conciencia manipulada sera vital para nosotros. Si nos sentimos a gusto con nosotros mismos y pensamos que estamos haciendo lo que debemos hacer seguiremos adelante al paso de la organización. Es entonces cuando se ha conseguido que nuestra conciencia y emociones esta moldeada a su antojo cuando las exigencias aumentan extrayendo de nosotros todos nuestros recursos, tiempo energías y si dinero. Y por si acaso se aprieta demasiado se recuerda que Dios no exige de nosotros mas de lo que podamos dar.
El libro de Hassan
"Las técnicas de Control Mental de las Sectas y cómo
combatirlas" es una fuente de información excelente para
comprender qué es y cómo actúa el Control Mental.
La contraportada del libro dice: "Para todos aquellos que simplemente sienten curiosidad ante la idea del control mental o que piensan que no les puede afectar, este libro constituirá toda una advertencia. Para aquellas personas cuyas vidas se han visto afectadas en forma directa, para sus amigos y familiares, para los profesionales de la salud mental, educadores, sacerdotes, y todo aquel que cumpla tareas de servicio social, será una obra indispensable. Informar al público sobre el fenómeno de las sectas es la mejor de todas las defensas”.Y ese es el objetivo de este blog.
«¿Cómo quedemos saber si estamos sometidos a control mental?».
Después de reflexionar, lo normal es comprender que si uno está bajo control mental, le sería imposible saberlo sin la ayuda de otras personas. Además, uno debería comprender muy bien qué es el control mental.
En la época en que yo estaba sometido a control mental en la secta, en realidad no entendía muy bien de qué se trataba. Suponía que el control mental guardaba alguna relación con ser torturado en un sótano húmedo con una luz muy fuerte enfocada directamente a mi rostro. Desde luego, jamás experimenté algo semejante mientras estuve con los Testigos de Jehová. Siempre que alguien me gritaba llamándome «robot sin cerebro», lo consideraba como parte de la persecución habitual. Me hacía sentir aún más comprometido con el grupo. Los que a veis sido Testigos sabéis a lo que me refiero, todo tiene que ver con una profecía que se cumple. Si se burlan de ti es que eso ya decía la Biblia que pasaría a los siervos de Jehová. Todo esta pensado.
En aquellos años, no tenía un marco de referencia para el fenómeno del control mental. No fue hasta el momento de desprogramación que me mostraron exactamente en qué consistía y cómo se aplicaba. Al margen de lo maravillosa que pueda ser la causa, o el atractivo de sus miembros.
Sin embargo, antes de que pudiera abandonar a la organización de la Watchtower tuve que enfrentarme a unas cuantas preguntas de tipo moral. ¿Tiene el Dios en que yo creo la necesidad de utilizar el engaño y el control mental? ¿Es cierto que el fin justifica los medios? Tenía que preguntarme a mí mismo si los medios determinaban el fin. ¿Cómo podía el mundo convertirse en un paraíso si había que subvertir la libre voluntad de los individuos? ¿Cómo sería el mundo si ese paraíso terrenal llegara y Jehová asumía el poder total? Tras formularme estas preguntas, decidí que ya no podía participar en una organización que utilizaba prácticas de control mental. Abandoné el mundo de fantasía en el que había vivido durante años. Y posteriormente tras analizar mas profundamente la psicología, psiquiatría y como el cerebro funciona, empece a adoptar mi postura agnóstica y casi atea.
Desde que salí del grupo, he llegado al convencimiento de que millones de personas han estado sujetas a un régimen de control mental sin que ni siquiera se apercibieran de ello. No pasa una semana sin que tenga que hablar con varias personas' que todavía sufren los efectos negativos del control mental. A menudo, les proporciona un gran alivio saber que no están solos y que sus problemas vienen de sus relaciones con el grupo.
Tal vez el principal problema con el que se encuentran quienes han abandonado las sectas destructivas es el desmoronamiento de su propia identidad. Hay una buena razón para que así sea: durante años han vivido con una identidad «artificial» que les ha proporcionado la secta. Aunque el control mental de las sectas es algo de lo que se puede hablar y definir de muchas maneras, creo que se comprende mejor como un sistema que desbarata la identidad del individuo. La identidad está formada por elementos tales como las creencias, el comportamiento, los procesos de pensamiento y las emociones, que constituyen un patrón definitivo. Bajo la influencia del control mental, la identidad original del individuo, formada por la familia, la educación, las amistades y, lo que es más importante, las cosas elegidas libremente por la persona, es sustituida por otra identidad, por lo general una que el individuo no habría escogido si no hubiera estado sometido a una tremenda presión social. Sorprendentemente la presión de grupo, a la que tanto acusan cuando pretenden alertar a los jóvenes en edad escolar a que no cedan a cosas normales y habituales en individuos de su edad, es parte de su técnica, lo que intentan advertir de los demás es su arma.
El control mental practicado por las sectas destructivas es un proceso social, a menudo relacionado con grandes grupos de personas que lo refuerzan. Se consigue al rodear al individuo de un entorno social donde, para poder funcionar, debe despojarse de su vieja identidad y apegarse a la nueva identidad deseada por el grupo. Es común la frase hecha dentro de la secta “vestirse de la nueva personalidad”. Cualquier realidad que pudiera recordarle su identidad original -cualquier cosa susceptible de confirmar su anterior forma de ser- es apartada y reemplazada por la realidad del grupo. Aun en el caso de que, al principio, el individuo sólo simule aceptarla, el acto tarde o temprano llega a ser real. Acepta una ideología totalista que, al ser interiorizada, sustituye a su anterior sistema de valores. Por lo general, el individuo experimenta un cambio radical de personalidad y una drástica interrupción del curso de su vida. Este proceso puede ser activado en unas pocas horas, pero habitualmente necesita días o semanas para consolidarse.
Desde luego, todos nosotros estamos sujetos a diario a diversas presiones sociales, las más evidentes en nuestro trabajo. La presión para que se acepten ciertas normas de comportamiento existe en casi todas las organizaciones. Estamos sometidos constantemente a muchas formas de influencia, algunas de ellas obvias e inofensivas (por ejemplo, los carteles de «Por favor, abróchense los cinturones»), y otras más sutiles y destructivas. Me refiero a aquellos sistemas que pretenden socavar la capacidad del individuo para tomar sus propias decisiones. La esencia del control mental consiste en fomentar la dependencia y el conformismo, y desalentar la autonomía y la individualidad. Se fomenta que no se puede adorar a Jehová fuera de esta organización y que las individualidades son malas. La organización, hermandad , el reunirse.
La contraportada del libro dice: "Para todos aquellos que simplemente sienten curiosidad ante la idea del control mental o que piensan que no les puede afectar, este libro constituirá toda una advertencia. Para aquellas personas cuyas vidas se han visto afectadas en forma directa, para sus amigos y familiares, para los profesionales de la salud mental, educadores, sacerdotes, y todo aquel que cumpla tareas de servicio social, será una obra indispensable. Informar al público sobre el fenómeno de las sectas es la mejor de todas las defensas”.Y ese es el objetivo de este blog.
«¿Cómo quedemos saber si estamos sometidos a control mental?».
Después de reflexionar, lo normal es comprender que si uno está bajo control mental, le sería imposible saberlo sin la ayuda de otras personas. Además, uno debería comprender muy bien qué es el control mental.
En la época en que yo estaba sometido a control mental en la secta, en realidad no entendía muy bien de qué se trataba. Suponía que el control mental guardaba alguna relación con ser torturado en un sótano húmedo con una luz muy fuerte enfocada directamente a mi rostro. Desde luego, jamás experimenté algo semejante mientras estuve con los Testigos de Jehová. Siempre que alguien me gritaba llamándome «robot sin cerebro», lo consideraba como parte de la persecución habitual. Me hacía sentir aún más comprometido con el grupo. Los que a veis sido Testigos sabéis a lo que me refiero, todo tiene que ver con una profecía que se cumple. Si se burlan de ti es que eso ya decía la Biblia que pasaría a los siervos de Jehová. Todo esta pensado.
En aquellos años, no tenía un marco de referencia para el fenómeno del control mental. No fue hasta el momento de desprogramación que me mostraron exactamente en qué consistía y cómo se aplicaba. Al margen de lo maravillosa que pueda ser la causa, o el atractivo de sus miembros.
Sin embargo, antes de que pudiera abandonar a la organización de la Watchtower tuve que enfrentarme a unas cuantas preguntas de tipo moral. ¿Tiene el Dios en que yo creo la necesidad de utilizar el engaño y el control mental? ¿Es cierto que el fin justifica los medios? Tenía que preguntarme a mí mismo si los medios determinaban el fin. ¿Cómo podía el mundo convertirse en un paraíso si había que subvertir la libre voluntad de los individuos? ¿Cómo sería el mundo si ese paraíso terrenal llegara y Jehová asumía el poder total? Tras formularme estas preguntas, decidí que ya no podía participar en una organización que utilizaba prácticas de control mental. Abandoné el mundo de fantasía en el que había vivido durante años. Y posteriormente tras analizar mas profundamente la psicología, psiquiatría y como el cerebro funciona, empece a adoptar mi postura agnóstica y casi atea.
Desde que salí del grupo, he llegado al convencimiento de que millones de personas han estado sujetas a un régimen de control mental sin que ni siquiera se apercibieran de ello. No pasa una semana sin que tenga que hablar con varias personas' que todavía sufren los efectos negativos del control mental. A menudo, les proporciona un gran alivio saber que no están solos y que sus problemas vienen de sus relaciones con el grupo.
Tal vez el principal problema con el que se encuentran quienes han abandonado las sectas destructivas es el desmoronamiento de su propia identidad. Hay una buena razón para que así sea: durante años han vivido con una identidad «artificial» que les ha proporcionado la secta. Aunque el control mental de las sectas es algo de lo que se puede hablar y definir de muchas maneras, creo que se comprende mejor como un sistema que desbarata la identidad del individuo. La identidad está formada por elementos tales como las creencias, el comportamiento, los procesos de pensamiento y las emociones, que constituyen un patrón definitivo. Bajo la influencia del control mental, la identidad original del individuo, formada por la familia, la educación, las amistades y, lo que es más importante, las cosas elegidas libremente por la persona, es sustituida por otra identidad, por lo general una que el individuo no habría escogido si no hubiera estado sometido a una tremenda presión social. Sorprendentemente la presión de grupo, a la que tanto acusan cuando pretenden alertar a los jóvenes en edad escolar a que no cedan a cosas normales y habituales en individuos de su edad, es parte de su técnica, lo que intentan advertir de los demás es su arma.
El control mental practicado por las sectas destructivas es un proceso social, a menudo relacionado con grandes grupos de personas que lo refuerzan. Se consigue al rodear al individuo de un entorno social donde, para poder funcionar, debe despojarse de su vieja identidad y apegarse a la nueva identidad deseada por el grupo. Es común la frase hecha dentro de la secta “vestirse de la nueva personalidad”. Cualquier realidad que pudiera recordarle su identidad original -cualquier cosa susceptible de confirmar su anterior forma de ser- es apartada y reemplazada por la realidad del grupo. Aun en el caso de que, al principio, el individuo sólo simule aceptarla, el acto tarde o temprano llega a ser real. Acepta una ideología totalista que, al ser interiorizada, sustituye a su anterior sistema de valores. Por lo general, el individuo experimenta un cambio radical de personalidad y una drástica interrupción del curso de su vida. Este proceso puede ser activado en unas pocas horas, pero habitualmente necesita días o semanas para consolidarse.
Desde luego, todos nosotros estamos sujetos a diario a diversas presiones sociales, las más evidentes en nuestro trabajo. La presión para que se acepten ciertas normas de comportamiento existe en casi todas las organizaciones. Estamos sometidos constantemente a muchas formas de influencia, algunas de ellas obvias e inofensivas (por ejemplo, los carteles de «Por favor, abróchense los cinturones»), y otras más sutiles y destructivas. Me refiero a aquellos sistemas que pretenden socavar la capacidad del individuo para tomar sus propias decisiones. La esencia del control mental consiste en fomentar la dependencia y el conformismo, y desalentar la autonomía y la individualidad. Se fomenta que no se puede adorar a Jehová fuera de esta organización y que las individualidades son malas. La organización, hermandad , el reunirse.