Por supuesto, no se pretende cuestionar aquí la prudencia que debe tener un individuo por apartarse de influencias perjudiciales para su fe, sino al carácter sectario que en este caso llega a extremos de prohibir a sus miembros incluso tener curiosidad por las objeciones que hacen aquellos que califican de “apóstatas”, o inclusive compartir con otros testigos de Jehová a través de Internet y crear grupos para tal propósito.
El hecho de que un testigo de Jehová no tenga derecho ni siquiera a participar en grupos de Internet dedicados exclusivamente a testigos de Jehová, es una muestra de la inseguridad que tiene la organización respecto a perder el control que tiene sobre sus miembros. Desde hace un tiempo para acá se esta viendo como una moda que los propios testigos promueven grupos privados o chats y hasta se hace publicidad en ellos en blogs tan famosos como el de Testigo Humano y otros, haciendo caso omiso a las exigencias que su “amo” da en su literatura interna destinada para los miembros (Algo que suele preceder a la apertura de ojos de uno, fue mi caso y la Wachtower lo sabe, por eso lo prohíben). Por su puesto se privan de prohibir estas practicas en la literatura propagandística destinada a la predicación de casa en casa, no sea que la gente se percate antes de tiempo de la dictadura que rige de puertas para dentro.
- “Sitios en la Red auspiciados por “testigos de Jehová”. Tomemos por caso algunos sitios de Internet creados por personas que dicen ser testigos de Jehová…. Sin embargo, ¿qué certeza hay de que esos contactos no los hayan preparado apóstatas?” Nuestro Ministerio del Reino, Noviembre de 1999, pág. 3-6
De esta manera se cierra el cerco, prohibiendo inclusive pensar o tener curiosidad sobre puntos de vista opuestos a la organización que por casualidad hagan que el adepto piense por si mismo. Da la impresión de que subestiman la capacidad o la inteligencia de sus miembros o los pilares de su doctrina.
- “¿Por qué es peligroso tener curiosidad por conocer las acusaciones de los apóstatas?
- Como siervos leales de Jehová, ¿por qué querríamos siquiera echar un vistazo a la propaganda de los que han rechazado la mesa de Jehová y que ahora golpean verbalmente a los que nos ayudan a ingerir “palabras saludables”? … Nunca prestemos atención a lo que dicen o hacen los apóstatas….” La Atalaya, 1 de Julio de 1994, pág. 8-13
- “¿Cómo podemos protegernos de los engaños de los apóstatas? Siguiendo este consejo de la Palabra de Dios: “Vigilen a los que causan divisiones y ocasiones de tropiezo contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y[evítenlos]” (Romanos 16:17).Los ‘evitamos’ al no prestar oído a sus razonamientos, sea que los expresen en persona o mediante la letra impresa o Internet. ¿Por qué adoptamos tal postura? En primer lugar, porque la Palabra de Dios lo manda, y sabemos que Jehová siempre desea lo mejor para nosotros (Isaías 48:17, 18). En segundo lugar, porque amamos a la organización que nos ha enseñado las preciosas verdades que tanto nos distinguen de Babilonia la Grande” La Atalaya, 15 de Febrero del 2004, pág. 15-20
- “Evitar todo contacto con estos opositores nos protegerá de su modo de pensar corrupto. Ahora bien, exponerse a las enseñanzas apóstatas a través de los diferentes medios modernos de comunicación es tan perjudicial como recibir al apóstata mismo en casa. Nunca debemos permitir que la curiosidad nos haga actuar de un modo tan calamitoso (Proverbios 22:3)” La Atalaya, 1 de Mayo del 2000, pág. 8-12
Visto esto quisiera hacer un llamamiento. Los ex-testigos nos topamos a diario con los que antes nos llamaban hermano y vemos como agachan la mirada, se cambian de acera incluso exponiéndose a atropellos de vehículos (caso verídico). Ponen en peligro nuestro pan y nuestros puestos de trabajo cuando solicitan a nuestra empresa que los servicios no se los preste ese empleado que antes era hermano y ahora no. Hacen que tengamos que empezar una vida desde cero ya que antes nuestra vida completa se reducía a ellos y ahora ya no están... Pero amigos apostatas, no los paguemos con la misma moneda porque eso es lo que ellos quieren. Dejemos claro al mundo que son ellos los que nos niegan el saludo, los que no quieren ni un hola con nosotros. Que no puedan decir que no nos saludan porque nosotros no los saludamos tampoco. Cada vez que nos crucemos con uno por la calle digamos con orgullo ¡¡Hola, buenos días¡¡ y que ante los demás sean ellos los mal educados, los irracionales y extremistas cuando el que lo vea y se percate nos pregunte: ¿Y que le pasa a ese?. Porque entonces podremos decirle a ese observador nuestra historia, lo que nos ha pasado con ellos, lo que son y sus mentiras. Sera como “evangelizar”. Así cuando se atrevan a tocar a la puerta de ese observador el siguiente Domingo él podrá pedirles una cuantas explicaciones.
Tener la cabeza bien alta.