Los Testigos de Jehová y su instrucción de vendedores

Demás está decir que los costos de producción y distribución de los productos que “venden” los Testigos de Jehová -Sus publicaciones así como cintas de vídeo y CD, etc- son costos muy bajos. En este blog lo he mas que taladrado. Teniendo en cuenta que los trabajadores son voluntarios, no pagan derechos de autor, y ni siquiera tienen los costes relativos al área de ventas, ya que son los propios adeptos con su predicación de casa en casa los que hacen de vendedores.

Adicionalmente a esto, a principio de los años noventa cambiaron el sistema de distribución de su literatura a uno basado en donaciones. Dejaron de colocar el precio de venta a sus revistas La Atalaya y ¡Despertad!, y en vez de eso sugerían a las personas hacer una donación, la cual terminaba siendo similar o superior al dinero producto de la antigua venta, mientras se beneficiaban de las legislaciones de la mayoría de los países, que no gravan impuesto por donaciones.

No es de extrañar que se presione tanto a los adeptos para que dediquen un mínimo de horas mensuales en la predicación de casa en casa. Cuando yo estaba dentro de la secta a los precursores especiales se les exigía alcanzar 130 horas al mes, los precursores regulares, 70; los precursores auxiliares, 50; y la persona que por alguna razón no pudiera alcanzar las horas mensuales, debía por lo menos alcanzar la media nacional, que en el 2003 era de 13 horas.

Los testigos de Jehová, dicen regirse solo por la Biblia, sin embargo, no deja de ser curioso cómo estén completamente dependientes de estas publicaciones que consideran la “provisión de Jehová”, y “alimento espiritual”. Tomando en cuenta que las revistas La Atalaya y ¡Despertad! son de publicación quincenal o mensual, y La Atalaya es de estudio obligatorio en sus reuniones, no es difícil entender como los propios testigos de Jehová se terminan convirtiendo en los mejores clientes. Por cada libro, revista o folleto impreso la organización sabe que tiene asegurada la venta de por lo menos 8 millones de unidades. ¿No es un negocio redondo? No solo eso, ademas al haber una Atalaya para estudio personal del Testigo de Jehová y otra edición para el publico se asegura la venta de ambas ediciones, ya que el testigo de Jehová ha de leer ambas ediciones. Recuerdo que cuando era Testigo se enfatizaba mucho en leer todo lo que intentábamos colocar en la predicación ¿Como puede alguien intentar convencer a otro de que esta publicación que le traigo es buena para él si yo no la he leído antes? Se nos decía. Es cierto, como todo buen comercial sabe y previamente se le ha instruido uno a tenido que probar el producto que intenta vender antes de venderlo, o por lo menos decir que cuando lo has probado ha sido “la mayor experiencia extrasensorial de tu vida” y que cerca ha estado de causarte un orgasmo cuando lo usabas.

Esta técnica es la misma que usan los Testigos de Jehová, la típica que cualquier comerciante, vendedor o comercial que vende un producto, sea bueno o malo. La diferencia es que al contrario que pasa con cualquier otro producto que tiene un fin concreto para satisfacer al cliente. La Wachtower vende un producto que dentro de los productos legales en el mundo solo se puede asemejar al tabaco, un producto que a la larga es perjudicial. Un producto que solo busca que lo pruebes una sola vez aprovecharse de tu debilidad en cierto momento para captarte y convertir tu vida en un infierno del que es muy difícil escapar.