viernes, 25 de abril de 2014

La Watchtower distribuira publicaciones sin nombre en paises donde estan proscritos


La muestra del enorme potencial que tiene la Wachtower a la hora de distribuir su publicidad sectaria tiene pocos limites. Lo vimos cuando para evitar pagar impuestos dejaron de cobrar un precio fijo (PVP) para pasar a la estrategia de “donaciones voluntarias” y así evitar que el estado le pudiera reclamar su parte como Cesar. Vemos que cuando se trata de tocar el bolsillo de la Wachtower no valen ni mandamientos ni ética ninguna, los economistas de la organización son de los mejores y saben evitar mediante tramas las barreras que se les pongan por delante. No es que Jehová este con ellos (como me dijo mi suegra recientemente hablando de que en Francia fueron absueltos de pagar los impuestos que les reclamaba el fisco) es que son especialistas ya que como en todo en la vida, el que hace la ley hace la trampa, y ya sea haciéndose ONG, o no pidiendo PVP por la literatura consiguen recaudar lo mismo o incluso mas. Tampoco les reclaman cotizar por esos trabajadores que ya sea en las casas Betel o en las congregaciones dedican el equivalente a mas de 24 años de su vida a la Wachtower íntegramente y seguidos sin dormir ni comer con el pretexto de que esos lo hacen voluntariamente. Pero si yo en mi pequeño taller me viene una inspección y ven a alguien allí trabajando sin papeles no me valdrá el cuento de que esta allí voluntariamente y sin cobrar por amor el arte, mis abogados no son los de la Wachtower.

Hoy podemos ver un nuevo plan de la secta para poder distribuir no solo gratuitamente como hace en todos los sitios, si no de manera mas o menos legal evitando poner nombre a sus publicaciones. De esta manera la Wachtower consigue su distribución en países donde los Testigos de Jehová están prohibidos y sus publicaciones como en este caso La Atalaya. Ya que esta revista no es La Atalaya porque no tiene nombre no sera tan perseguida al menos en principio, por lo que la Wachtower consigue tiempo hasta que el gobierno de turno se invente una ley para prohibir esta forma, pero entre tanto conseguirán mucho proselitismo. Ademas de esto todos los riesgos caen sobre el pobre publicador que se arriesga en un país prohibido a distribuir estas publicaciones.

Si el publicador tiene la mala suerte de ser descubierto por las autoridades o con un policía cuadriculado que se empeña en decir que eso es una publicación prohibida (porque la ley tiene sus interpretaciones) todo el marrón caerá sobre él, y entonces empezaremos a oír lo típico de que en “el fin los verdaderos adoradores de Dios estarán en persecución” se golpearan el pecho en desconsuelo y nadie le echara la culpa al Cuerpo Gobernante, ya que las profecías Bíblicas se han de cumplir. Todo esta pensado, todo esta planeado. Pero ellos nunca pagan, pagara el pobre incauto que ademas de trabajar gratis se arriesga a años de condena.

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