El control de la
información es el último componente del control mental. La gente
permanece atrapada en los Testigos de Jehová porque no sólo se le
niega el acceso a una información crítica, además ha sido
despojada del mecanismo interno necesario para procesaría. El
control de la información tiene un impacto tan dramático como
devastador y es la clave de esta secta.
Cuando leen, por lo
general se trata de libros o folletos de propaganda editados por la
secta, o de material que ha sido censurado para ayudar a los miembros
a que se mantengan centrados.
Este control también se
extiende a todas las relaciones. No se permite a los miembros que
discutan entre si nada que sea crítico respecto a la Wachtower, la
doctrina o la organización. Los adeptos se espían los unos a los
otros e informan a los ancianos de las actividades incorrectas o de
los comentarios. Cuando uno de los adeptos esta en el punto de mira
por actos que la secta prohíbe se hace verdaderos grupos de
espionaje para informar a los anciano. Lo más importante y sobre
todo es que se les exige que eviten todo contacto con los ex miembros
o con quienes se muestran críticos. Se deben alejar sobre todo de la
gente que podría facilitarles la mayor cantidad de información.
Por lo general, la información es fragmentada para que los
miembros no obtengan un panorama global. La Wachtower informa a los
adeptos únicamente de aquello que «necesitan saber» para realizar
sus trabajos para trabajar para la secta. Así, un miembro de Estados
Unidos no tiene por qué saber necesariamente que en España se ha
tomado una importante decisión legal, que en la prensa han aparecido
comentarios críticos o que una discusión interna está creando
desavenencias en el grupo.
Las sectas destructivas también
controlan la información mediante la creación de muchos niveles de
«verdad». Las ideologías de las sectas tienen doctrinas
«exteriores» y doctrinas «interiores». Nuestra Wachtower empezó
con esta costumbre mas acentuadamente desde hace poco. Porque aunque
siempre ha habido publicaciones que solo están a disposición de los
miembros de los cuerpos de ancianos, como el libro “Pastoreen al
rebaño de Dios” o el libro “Razonamiento” que es para ahorrar
al publicador que piense por si mismo en la predicación. Últimamente
incluso en la archiconocida “Atalaya” se imprime una edición
para los publicadores y otra para los de fuera. El material exterior
es propaganda relativamente suave destinada al público en general o
a los nuevos adeptos. Las doctrinas interiores se van desvelando sólo
a medida que aumenta el compromiso del individuo con el grupo.
Si un adepto plantea problemas, le dicen que no es todavía lo
bastante maduro para conocer la verdad íntegra, que le falta
conocimiento, pero que dentro de poco quedará todo muy claro si
continua estudiando y es fiel al cuerpo de ancianos por su puesto. Si
trabaja con entusiasmo, ganará el derecho a conocer los niveles más
altos de la verdad. A los preguntones que insisten en saberlo todo y
además enseguida, naturalmente, son reorientados hacia una meta
externa hasta que se tranquilizan. La predicación por ejemplo, o se
le invita a que no le de tantas vueltas a la cabeza con esas cosas y
a tener mas esparcimiento, por su puesto siempre con miembros de la
congregación y que a su debido tiempo se le sera todo revelado.
También se acentuara a que estudie otras cosas de la doctrina para
que no se obceque en esa duda que tiene y que puede sacarlo de la
secta si le da por investigar fuera de la secta. Por eso en los
Testigos de Jehová siempre hay algo que estudiar. Y por eso cada
Atalaya habla de un tema. La reunión del Domingo no habla de lo
mismo que la del Jueves. Así el adepto tiene la dosis necesaria de
un tema sin profundizar, debido a que la secta mantiene sus doctrinas
por los pelos y cualquier investigación a fondo o meramente seria
podría dar al traste con cien años de doctrina.
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