Los tres pasos para conseguir el contro de la mente. Tercero la Congelación

Ser misionero en países donde la Wachtower esta en expansión es
una de las metas y métodos para subir puestos en
la jerarquía de la secta

Después de que alguien ha sido cambiado, quebrado y adoctrinado en el nuevo sistema de creencias de la Wachtower, debe ser reconstruido como el «nuevo hombre» (o la «nueva mujer») o como ellos dicen “vestidos con la nueva personalidad”. Se le debe dar un nuevo propósito en la vida y nuevas actividades que consolidarán su nueva identidad. Una vez más, muchas de las dos primeras etapas son empleadas en la fase de congelación. Los ancianos de la secta deben estar razonablemente seguros de que la nueva identidad se halle bien consolidada cuando la persona salga de su entorno inmediato. De este modo, los nuevos valores y creencias deben ser interiorizados por el nuevo recluta.

La primera y más importante tarea de la «nueva» persona es denigrar su anterior personalidad. La memoria del individuo se distorsiona, minimizando las cosas buenas del pasado y exagerando los pecados, los fallos, las heridas y la culpa. Los talentos especiales, los intereses particulares, las aficiones, los amigos y la familia deben ser abandonados, si entran en contradicción con el compromiso hecho a la causa.

Durante la fase de congelación se modela el método primario para proporcionar la nueva información. Los nuevos miembros forman pareja con los antiguos, se anima a relacionarse con los individuos mas radicales, los mas santurrones. Esta técnica cubre también otros varios propósitos. Mantiene al miembro «antiguo» en la buena senda al tiempo que gratifica su ego, y estimula las ansias del nuevo miembro de convertirse en un modelo respetado para poder él también entrenar a los miembros más jóvenes. Conseguir una vez ya formamos parte de la secta y estamos bautizados un estudio Bíblico para convertirnos nosotros en maestros es el objetivo. Como toda empresa piramidal, el traer mas miembros es lo principal. El grupo es ahora la «verdadera» familia del miembro; cualquier otra es sólo su vieja familia «física».

Le cambian su forma de vestir las faldas por debajo de la rodilla, esto se lleva al extremo. Nuca escotes ni vestidos ceñidos. Los hombres de riguroso traje corbata. Quedan prohibidas las gorras con la visera de lado, los pincings los pelos rapados o melena para los hombres y tintes muy llamativos en las mujeres por ejemplo. Como ya he mencionado, muchas veces los miembros deben aprender a hablar una jerga distintiva o lenguaje simplificado de la secta. Ciertas palabras cobran un significado mas importante del que tienen en realidad. Apostata es la palabra que hace temblar a un Testigo de Jehová mas que el propio Satanás. Ministerio, servicio del campo, la “Verdad” se ve mal si decimos Padre o Señor para referirnos a Dios, ha de ser Jehová, incluso Dios no se vera con buenos ojos.

Es típico que al nuevo miembro se le asignen tareas de proselitismo tan pronto como sea posible. Las investigaciones realizadas en psicología social demuestran que nada afirma tan rápidamente las nuevas creencias como intentar convencer a otros para que las acepten. Buscar nuevos adeptos cristaliza la identidad construida por la secta en un plazo muy breve. Todos sabemos que esto es a lo que se dedican básicamente los adeptos a esta secta.

La predicación pasa a ser una obligación de todo Testigo de Jehová. Obviamente se trata de reclutar mas adeptos y financiarse vendiendo publicaciones de la organización. Esta labor se convierte en una forma de glorioso martirio que ayuda a congelar el compromiso con el grupo. ¡Correr de un lado para otro en la calle vendiendo revistas bajo una lluvia torrencial es una eficaz técnica para conseguir que uno crea en lo que está haciendo! O lo mismo si lo hacemos bajo un sol de justicia a 40 grados subiendo y bajando las cuestas de una empinada urbanización.

Después de unos cuantos años de proselitismo y recolección de fondos en el mundo exterior, el miembro es, por lo general, reenviado a nuevas misiones de adoctrinamiento. Si se ha conseguido que el adepto no haya tenido hijos algo que la Wachtower anima a no tener, el predicar dos veces por semana y llegar a la media nacional de horas “obligatorias” es ya poca meta. Se intentara inculcar aun desde el principio que la predicación sea la meta de la vida y para eso los hijos son un estorbo. Es mejor ser soltero o casado sin hijos y ser todo un precursor especial. Eso hará que uno sea admirado y envidiado. Respetado en todo el mundo Wachtoweriano. Deseado por las mujeres de la congregación y del circuito. Este ciclo puede repetirse docenas de veces en el transcurso de los años. Porque el ser precursor no es el fin, aun uno puede dedicarse mas profundamente, y eso que el precursorado es dedicar al día 4 horas a predicar -solo a predicar, no contamos aquí reuniones, estudio y un trabajo para buscarse las habichuelas, etc-. Ampliar todas esas horas de predicación emigrando a un país de “necesidad” es la panacea y con lo que sueñan todos los Testigos de Jehová aferramos. Ser misionero es subir un peldaño muy alto. Si la Wachtower no te da medios y ayuda cosa que no suelen dar, muchos lo hacen por su cuenta. Y eso se consigue gracias a trabajo de adoctrinamiento que previamente la Wachtower ha logrado. Un adoctrinamiento que consigue que el adepto piense que la Wachtower no tiene dinero, y que si tu puedes hacerlo le haces un favor al propio Jehová ayudando a su organización aquí en la Tierra.

El ejemplo esta en mi propia familia. Un matrimonio que sale 6 meses solo a predicar a Indonesia con permiso de turista y los otros 6 meses permanecen en España trabajando los dos para ahorrar y salir el semestre que viene a Indonesia. Lo hacen porque la Wachtower no les ayuda en nada. Todo es su responsabilidad.

Ser betelita por supuesto también esta en el punto de mira de los jóvenes testigos. Cuando uno escucha las palabras betelita o misionero en las bocas de los jóvenes solteros de la congregación sabes que sus ansias de subir puestos en la cúpula de la Wachtower estan apunto de erupcionar como un volcán. Servir en la congregación ya sea como precursores, siervos ministeriales o ancianos sabe a poco.

Pero si un individuo ya esta casado, tal vez con hijos o con responsabilidades y no puede irse o sus inquietudes no suben hasta ese nivel pero ya ha pasado el tiempo suficiente, llega por fin el día en que se puede confiar en él para que entrene a otros recién llegados. De esta manera, la víctima se convierte en victimario, con lo que se perpetúa el sistema destructivo.